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Inteligencia Artificial en Defensa: Del Horizonte 2020 a las capacidades más allá de 2035

José R. Casar, IPTC, Dec. 2019 | Es patente el interés que ha vuelto a suscitar la Inteligencia Artificial (IA) en el ámbito de la Defensa y la Seguridad Nacional en general (como en otros ámbitos civiles e industriales), en parte incentivado por ese otro fenómeno que (aún) denominamos Big Data. Lo demuestra la cantidad de proyectos de desarrollo y aplicación de diverso alcance y lo ilustran decenas de informes, estudios y ponencias (a veces redundantes).

El informe de D.S. Hoadley para el (US) Congressional Research Service [1], por ejemplo, identifica algunas de las áreas de aplicación, en las que la IA muy probablemente vaya a actuar, si no lo ha hecho ya, como game changer [2]; entre ellas, la de los vehículos autónomos o semiautónomos, la de logística y mantenimiento, la de ciberdefensa, la de mando y control, incluidas sus funciones vitales de inteligencia, vigilancia y reconocimiento (ISR), o la de las llamadas operaciones de información, que incluyen desde la detección de fakes hasta el análisis de sentiment -en su acepción de pensamientos u opiniones-.

En todas estas y en otras, la IA parece destinada a tener un papel decisivo, en buena parte vinculado a los avances habilitadores que la sacaron de su “invierno” para resurgirla a partir de 2010 (por poner una fecha); esto es, el diluvio, la avalancha de los datos disponibles, especialmente de los datos no estructurados, las mejoras (extraordinarias) en las capacidades de cómputo y en las comunicaciones, las tecnologías de nube y el desarrollo de los algoritmos de aprendizaje (Machine y Deep Learning). De todos estos (ninguno prescindible), el nuevo carácter de los datos resulta disruptivo más que evolutivo: heterogéneos, no estructurados, ubicuos y masivos (y también borrosos y desordenados) son potencialmente capaces de capturar comprehensivamente los objetos, las relaciones, el contexto, las conductas y las intenciones; a lo que contribuyen, por cierto, el rastro que dejamos en internet, la actividad de los dispositivos personales y la progresiva extensión de la internet de las cosas. Esta disponibilidad masiva, esta capacidad habilita el concepto de aprendizaje, central en lo que hoy llamamos Inteligencia Artificial, en cuanto propulsor de la mayor parte de las aplicaciones basadas en aprender de conjuntos de datos, supervisadamente o no.

Pues bien, la Inteligencia Artificial tuvo un papel en los sistemas de Defensa, desde los tiempos de los sistemas expertos, en varias áreas, como por ejemplo en los sistemas de apoyo a la toma de decisiones. Pero creo que se puede afirmar que no fue disruptiva. Ahora, por el contrario, se prevé que estas nuevas habilidades o funcionalidades tecnológicas cambiarán cuantitativamente las capacidades esenciales, específicamente en los “nuevos” escenarios de confrontación, que trascienden (o complementan) la guerra cinética. En efecto, cambia el escenario en el denominado “quinto dominio” (el ciberespacio) y las nuevas modalidades de guerra, llamada híbrida, que añaden a las convencionales las operaciones de información, y actuaciones (explícitas o subrepticias) en lo económico y político, con implicación de sectores de la población civil (hackers, grupos organizados o simples ciudadanos creando y compartiendo opinión en redes sociales). Los efectos civiles, el protagonismo de la información (especialmente, de la falsa) y de los medios sociales y los ciberataques pasan a ser elementos aún más importantes que las capacidades militares cinéticas, que podrían jugar un papel principalmente disuasorio.

En ese contexto, la IA será clave en la construcción de las capacidades de Defensa y Seguridad más allá de 2035. No será la única tecnología clave, ciertamente. Habrá otras: desde la nanotecnología a los satélites y desde los materiales a los nuevos modos de generación y almacenamiento de energía. Pero en todo caso, será la IA la que ocupe un espacio central, por ejemplo, en el desarrollo de sistemas autónomos capaces de operar con mínima o ninguna supervisión en entornos hostiles; o en el desarrollo de sistemas capaces de anticipar y neutralizar a tiempo determinados ataques (singularmente en el ciberespacio); o en el desarrollo de sistemas superiores en información (probablemente la última y definitiva ventaja competitiva).

No podemos revisar aquí los innumerables retos que quedan pendientes, no obstante. Uno de ellos, sin duda, es la relación entre la máquina y el humano en los procesos de toma de decisiones. Crítica, con toda seguridad, es la capacidad de explicar y justificar la decisión recomendada al tomador de decisiones (Explainable AI); esto no es siempre posible con muchos de los actuales métodos de aprendizaje, que son esencialmente ciegos. En su misma naturaleza, los métodos de aprendizaje tienen su fortaleza (aprender sin reglas) y también su debilidad: determinan los hechos de los datos disponibles (de los datos de entrenamiento), no los hechos del mundo, que es otro de los aspectos que limitan la “generalidad” de los métodos y por tanto su credibilidad y confianza. Como escribe Peter Layton [3], refiriéndose al aprendizaje del ajedrez, pero extensible a cualquier otro: “Moves are now simply valued in terms of being good or bad for game success, not whether they conform to approved doctrines”, lo que no siempre es aceptable.

Otros retos y rutas científico tecnológicas aparecen de las necesidades de llevar la inteligencia al edge de la red (Edge AI), de aprender continuamente con contextos cambiantes (Adaptive AI), de avanzar determinados métodos de análisis (adversarial, reinforcement learning, etc.) o de aprender de dominios o experiencias similares (transfer learning), por mencionar algunos.

El Information Processing and Telecommunications Center (IPTC) en su conjunto y sus Grupos temáticamente ofrecen en esa área mixta de procesado de datos, arquitecturas, analítica e inteligencia artificial para la Defensa unas capacidades difícilmente reconocibles por variedad y calidad en otros Institutos y Centros de Investigación universitarios en Europa.

De un lado, está su experiencia en los grandes habilitadores tecnológicos como la computación en la nube, las comunicaciones avanzadas, la analítica de datos masivos y no estructurados, y su actividad en las áreas más avanzadas de aprendizaje, procesado de lenguaje natural o reconocimiento de y en imágenes, en sus facetas teórica y aplicada. De otro, los desarrollos de aplicaciones que viene llevando a cabo en las áreas estratégicas en Defensa mencionadas: mando y control, sensores, algoritmos de detección y reconocimiento, control de drones y flotas, captura y análisis de imágenes, comunicación hombre-máquina e interacción, ciberseguridad, etc. Y también en otros ámbitos relacionados como toma de decisiones, mantenimiento predictivo o logística, optimización e investigación de operaciones.

A modo de ejemplo, acabamos de comenzar o comenzaremos inminentemente, a principios de 2020, cuatro grandes proyectos cooperativos en el área, cuyo mismo nombre es suficientemente ilustrativo: CLAUDIA: Cloud Intelligence for Decision Making Support and Analysis, NEUROWARE: Efficient and Robust Hardware for Brain-Inspired Computing, ARIADNE: Artificial Intelligence Aided D-band Network for 5G Long Term Evolution y PLICA: Plataforma Integrada de Conciencia Cibersituacional.

Por otro lado, no está de más, creo, traer a colación aquí la larga experiencia de los Grupos del IPTC también en otras áreas tecnológicas de la Defensa y la Seguridad (es sabido que varios de ellos han participado y participan en los grandes programas de desarrollo para Defensa en cooperación con la Industria, desde hace más de 30 años), experiencia que convierte en muy sobresaliente el valor global agregado de su oferta investigadora en estos dominios.

Referencias

[1] D.S. Hoadley (updated by K.M.Sayler), Artificial Intelligence and National Security, CRS report, Jan 30, 2019. https://crsreports.congress.gov

[2] En su sentido de “cambio de paradigma” o que altera el dominio de tal manera que ya nunca las cosas vuelven a ser lo mismo o a hacerse de la misma manera (ver, por ejemplo: https://spanish.stackexchange.com/. A person, an idea or an event that completely changes the way a situation develops”, Oxford Learners´ Dictionaries, https://www.oxfordlearnersdictionaries.com )

[3] Peter Layton, Algorithmic Warfare, Applying Artificial Intelligence to Warfighting, Air Power Development Centre, Department of Defence, Australia, 2018.

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Newsletter noviembre-diciembre 2019 Destacado